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DOCTRINA FRANCISCANA
PRIMER ENCUENTRO PARA PENSAR LA POSPANDEMIA
Parte II

Por la Redacción de Latitud Periódico

20 de octubre del 2020

Carlos Balbín comenzó aclarando que «este no es un debate religioso, ni siquiera interreligioso, sino que el Papa nos está convocando a un debate moral«. Allí señaló que «convergen dos circunstancias sumamente importantes: por un lado, la pandemia y comenzar a preguntarnos sobre la pospandemia en la Argentina; y el otro hecho, que creo (también sumamente relevante) es el índice de pobreza que asciende al 40 por ciento. Los otros días conversaba con Agustín Salvia, que es el director del Observatorio de la Universidad Católica Argentina y él estima que si el Gobierno no hubiese implementado el Ingreso Familiar Extraordinario el nivel de pobreza llegaría en la Argentina quizás al 70 por ciento». «Creo que en ese contexto, debiéramos reflexionar sobre la nueva encíclica del Papa», completó.

Utilizó como disparador la mirada liberal de Adam Smith, a la que identificó como un escenario donde nos comunicamos con otros hombres solo en el mercado y con el objeto de intercambiar productos. «Yo creo que esto es muy importante rescatarlo y observarlo justamente a partir de las palabras del Papa en esta nueva encíclica», advirtió. «Por otra parte, -dijo- en este modelo que describe en sus inicios Adam Smith llegamos a la teoría de la razón instrumental, en la cual la persona es un medio, la razón es un instrumento de dominación, la persona es en definitiva un medio y no un fin». «Este cuadro que describí, se profundiza a partir de la globalización, donde la economía y las finanzas tienen un papel aún mayor», agregó. «En definitiva, si tuviera que describir este cuadro podría hacerlo en los siguientes términos ‘más mercado, menos Estado y menos política’, y el Papa en esta encíclica va a criticar fuertemente el liberalismo, el mercado, y -en particular- una idea asociada, que es la idea de la concentración de riquezas y el derrame posterior», añadió. También criticó con igual énfasis los populismos. «Al fin y al cabo, él va a contraponer a estas dos miradas, la liberal y la populista, una mirada marcadamente popular», interpretó el camarista.

Acerca de la política, indicó que el Santo Padre alerta sobre el vacío. «Eso podemos advertirlo cotidianamente, es un debate superficial, un debate radicalizado, y además un debate agresivo», caracterizó. «Es necesario pensar en introducir en el marco de esta pandemia y en la pospandemia, cambios profundos que consisten básicamente en el diálogo, que supone incorporar la mirada del otro, es decir descubrir cuál es la riqueza del otro. Sólo a partir de ese conocimiento de la riqueza del otro, es posible también que yo mismo me enriquezca», concluyó.

En lo referido al segundo capítulo, invitó a repensar ciertos «conceptos jurídicos». «Por un lado, nosotros en el Derecho hablamos de regulaciones inteligentes, debiéramos repensar ese concepto e introducir la idea simplemente de regulaciones justas», propuso el titular del Capítulo Argentino. Agregó que «la igualdad de oportunidades es una herramienta útil cuando hablamos de desigualdad, pero cuando la desigualdad es estructural debiéramos sustituir -creo yo- el concepto de igualdad de oportunidades por igualdad de resultados«, explicó.

Acerca del mérito, expresó que «es valioso, en tanto los frutos del mérito favorezcan a quienes menos tienen, como explica en el mundo del derecho y de la filosofía, Rawls». «Donde existen derechos, no son posibles los privilegios. El privilegio es un concepto contrario al de los derechos, por eso debemos afirmar derechos y negar privilegios«, puntualizó.

Por otro lado, habló de los alertas que enciende Francisco sobre la negación de los derechos sociales. «El derecho de propiedad (lo mencionaba antes Andrés) no puede ser la pieza central, debe ser -evidentemente- una pieza, pero no la única pieza en el armado y el razonamiento jurídico. No hay justicia sin derechos sociales y no se trata simplemente de satisfacer las necesidades básicas de los otros, sino de la posibilidad de que cada uno pueda elegir desarrollar y materializar su propio plan de vida», especificó. «Es paradójico que en el mundo del Derecho se desarrolle mucho más el derecho de los consumidores que los derechos sociales (…) Obviamente se espera de los jueces no seamos corruptos, se espera que no usemos las instituciones para nuestro propio interés o para la defensa de intereses corporativos, pero también se espera que no seamos indiferentes y que nos comprometamos en la defensa de los derechos sociales», manifestó.

Invitó en el cierre de su exposición a pensar políticas de inclusión y no de integración. «No se trata de incluir a los otros en mi mundo, sino de integrarlos y construir un mundo entre todos«, sintetizó. Finalmente, tras agradecer a todos los participantes y expositores, concluyó Balbín subrayando que «al defender los derechos sociales, es posible que nos critiquen y que nos castiguen por eso, pero debo confesar -esto es una confesión laica y no una confesión religiosa- que esas críticas nos fortalecen porque nos convencen que al fin y al cabo nos castigan por soñar».

FUENTE: Prensa de Ijudicial.

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